Con el paso del tiempo las cosas cambian, se
desgastan o se perfeccionan. Entre tanto, vivimos constantemente tomando decisiones.
Algunas, no afectan al trascurso de nuestras vidas, y otras sin embargo, la
trastocan de la manera más profunda que jamás podríamos imaginar. Y aprendemos
a vivir con ellas. Con las decisiones tomadas con valor, con aquellas tomadas
con una cierta dosis de locura, con aquellas que son acertadas y otras que
quizás no lo son tanto. También luchamos batallas, en las que hay veces que
salemos victoriosos y otras que nos hacen sufrir más de lo necesario. Como
seres humanos, erramos. Esto significa que hay veces que perdemos el tiempo
luchando por causa de una mentira, o sufrimos por personas que no estaban a la
altura de nuestro amor. Lo importante al final de todo, es saber que las malas
decisiones, o las batallas que hemos librado y que nos han permitido llegar a
donde estamos hoy, siempre terminan por enseñar algo. No importa cuántas
heridas y cicatrices haya supuesto caer en nuestras particulares luchas. Cada
herida y cada cicatriz es una hazaña que indica que nos hemos levantado en las
situaciones más adversas, que hemos lidiado con el dolor, que hemos sido
capaces de sobreponernos a aquello que un momento nos hizo débiles pero que
ahora nos ha hecho fuertes. Si la decisión que tomamos es acertada, saldremos
victoriosos de la batalla, si no lo es, saldremos derrotados, tendremos que
comenzar todo otra vez, pero esta vez seremos más sabios. La base del éxito, al
final se basa, en la constante de seguir luchando, una y otra vez.
Totalmente de acuerdo con este texto, que en definitiva quiere decir que de los errores se aprende.
ResponderEliminarSinceramente cierto, y aunque ''perdamos'' las batallas como bien dices ganamos algo, sabiduría.
Comparto tu idea. Es realmente espléndido el texto.
Un saludo
SMHJ